En éste entrenamiento en pareja, es donde se evidencia la relajación ( no contracción) , que hablamos anteriormente, con sus distintas étapas.
El tuei shou , como la meditación , SUCEDE , no se hace , es el WU WEI , el “no hacer”. Funciona con la mente calma y vacía , el cuerpo suave y potente.
Para “escuchar” se debe estar con la cualidad del cuerpo adecuada , y estar en contacto con el otro. Para “entender” no hay que resistir, ni rechazar, sólo “seguir” al otro, hasta el punto donde se pueda “neutralizar” con un cambio de movimiento, y como en el baile , se da un intercambio , y luego se “devuelve” la energía, el movimiento, y así hasta que alguno se desequilibra , como un juego. Y vuelta a empezar……….
También , como todo, tiene sus escalones , AL PRINCIPIO SE FOCALIZA EN LAS TÉCNICAS MARCIALES CORRECTAS. El uso del tono muscular justo. Se trata de poner hincapié en la imagen, más que en las palabras . Aquí es donde se enfrenta uno con su EGO , y a través de éste entrenamiento , se va encauzando , y cambiando hacia la actitud saludable y adecuada para el crecimiento personal .
¿Cómo elegir un maestro?
Saber elegir, saber ver y escuchar , no es fácil, pero en un principio podemos tratar de discernir viendo la sensatez del otro, la coherencia en las palabras y las acciones . Tratando de no tener ideas previas, sin interpretar.
No dejarse engañar, ir a las fuentes, ver lo que el profesor tiene para enseñarnos y desearlo apar uno mismo.
¿Cómo transformarse en alumno?
Quizás esto sea más difícil, porque a veces no queremos aprender, madurar, “darnos cuenta”, y “acomodar” nuestro ego en el lugar justo, a pesar de expresar con palabras lo contrario. A veces se pretende ser “maestro” sin haber sido alumno.
Ser alumno , creo que es ser concientes de que buscamos algo , de que “algo” nos falta , luego nos identificamos con algún camino ( medios para encontrar ése “algo” ) , lo elegimos , como también al guía de ése camino, y nos “entregamos”, seguimos los pasos con disciplina , siempre concientes que
Pero, ocurre que si nos damos cuenta de qué necesitamos algo “que hemos perdido” , ( ver cuento zen : “El buey y el boyero” ) si tenemos una inquietud , ya no podemos volver atrás, ya sabemos que buscamos algo, entonces es mejor no evadirse , seguir atento y ser consciente. Y seguir practicando , con disciplina , compromiso , confianza en nosotros mismos y en el maestro que elegimos, y sobre todo en DISFRUTAR DEL CAMINO.